Al Aruk, existe

¡Es genial! ¡Un pirata anda suelto por la red el mismo día que el Gobierno de España aprueba la nueva Ley de Propiedad Intelectual, que aún no me ha dado tiempo a leer.

A veces la realidad supera la ficción. Yo creé al capitán pirata Al-Aruk y resulta que ahora lleno de osadía ha invadido mis costas… Uno de mis hermanos de la Santa Compaña me ha informado y enviado puntualmente uno de los enlaces donde se puede descargar mi novela de forma ilegal…

Esto me concede el dudoso privilegio de entrar en el clan de los escritores afamados. ¿Cuánto le habrá tenido que gustar mi novela para colgarla en los mares de la red?

La verdad: Se me ocurre que a cambio del precio que no ha pagado, me invite a un par de cafés, con gotas, por supuesto, y por lo menos le explico cuánto tiempo y esfuerzo me costó que él y sus corsarios disfruten de una buena historia.

Entretanto yo prefiero seguir soñando, pues también sé que duendes malignos los hay en todos lados…