Desde Katmandú

No lo conozco. No he estado nunca. Pero solo su nombre me obnubila.

Quería sorprender y fue el primer lugar que se me vino a la cabeza. Sabía lo bastante del lugar como para comprender que es uno de esos lugares mágicos que no podían faltar en una aventura como la que iba a emprender. Su elección me facilitaría la del resto.

Desde el principio había tenido claro que Jesús, mi protagonista, tendría que ir allí, que alguien como él no podría ser auténtico si no escalara a los cielos en busca de su destino o su supuesta deidad. Había que llevarlo al Everest. Indiscutible. Impepinable.

Y todo se relaciona.

Alguien le ayudaría. Un sherpa era el personaje idóneo. Había que darle un nombre y hacerle apóstol. Encontré la etimología de los nombres de los doce. Me quedé abstraído. No me iba a ser difícil encajar cada peón de mi novela a mi libre capricho. No tuve que pensar mucho: Juan, la entrega a los demás y el amor, daba el perfil perfecto de aquel que estaría dispuesto a marcar el camino a la cima de la tierra, para mi Jesús en busca de sus tentaciones. Siddhi, su traducción al nepalí. Acababa de crear al primer discípulo de Jesús.

El resto era decorar. Un paisaje natural de ensueño, pero abrupto como la madre naturaleza. El caos de gentes y de griteríos infantiles del Tibet. Callejuelas estrechas y puentes levadizos. Gente humilde y servicial por doquier. Y la gran montaña.

La flor de loto y su leyenda del Buda niño serían pequeños ingredientes que no fueron difíciles de añadir.

Así empezó La Sonrisa Eterna.

Luego fue como un totum-revolutum y Manhattan, Jerusalem, Miyajima, Gouliang, Eisleben, Moscú, Benarés e Iguazú fueron sorbiendo mi imaginación. Fue un placer indescriptible para mis sentidos el viajar por primera vez en primera persona virtual a estos lugares y sus mundos, pequeños universos únicos que espero algún día poder pisar y erizar mi piel con los recuerdos de mis indagaciones y primeras escrituras de esta novela.

Pero eso, lo iremos desgranando post a post.

Paciencia, mis queridos hermanos.